La comida es exquisita...pedimos tres platos diferentes y la experiencia fue magnífica. Pollo con naranjo...triángulos de pasta y mariscos y un solomito en su punto bañado con una salsa de manzanas deliciosa. El postre es campeón "Pannacota de romero con miel de angelitas"...no sólo su nombre es sonoro el sabor es delicado y aromático a la vez. Definitivamente mi restaurante preferido de este viaje a Medellin.