Después de muchos años regreso de trabajo a Colón con ansias por probar la comida de este restaurante y me encuentro con la sorpresa de que todo ha cambiado. El local abandonado, atencion super informal, la comida igual que cualquier fonda, el pan frío y aguado(el pan pita era una de sus mejores cosas), el café tipo nescafe y todo caro. En fin, solo me queda recordar lo bueno que fue y no volver nunca más. Que lastima por lo bueno que era y lo peor es que creo que estaban los 2 dueños presentes con un desparpajo que me aclaró el porqué de la caída del restaurante. Tal parece que solo por estar en colon 2000 merece. Ser considerados un restaurante de altura, cuando realmente están cayendo en el subsuelo