Es una parrillada panameña en una amplia terraza de diferentes niveles en Vía Panamericana, con decoración campestre deportivo panameño style, observé que tienen una área privada. Atención cordial, atenta y rápida (En ese momento solo había 3 mesas ocupadas). Platos a precios razonables y en buenas porciones, me impresionaron recién preparados, patacones y yuca justo en su punto de crocancia externa y ternura interior, las carnes como recién salidas de la parrilla y un aderezo que igualmente me impresionó recién preparado y de buen gusto. Por su característica de diferentes niveles no es cómodo para comensales con discapacidades. En general sentí esa vibra de negocio emprendedor donde sus propietarios están en constante mejoría de la calidad. Espero no equivocarme. Me propongo regresar en el futuro.