Las comidas son bien insípidas, la explicación: no le ponen sal al cocinar sino que uno debe agregarle la cantidad que desee, cuando los doctores dicen que eso es peor, la atención fue amena y la vista del restaurante es lo más espectacular que puede haber, un lugar pintoresco y personal amable (Ofelina me sorprendió) una Nobë que sabe de tecnología y atención al cliente