Fuimos motivo por el desfile de las mil polleras, y picamos la bandeja del topón a base de carne, pollo y chorizo tableño con patacones y unos calamares con arañitas apanadas adicionales y de tomar una refrescante sangría blanca. El restaurante estaba lleno y quiero pensar que demoraron en servir la comida dado a que no están acostumbrados a ese ritmo. Por lo demás el personal es atento.