El lugar es muy bonito y tuvimos una buena impresión, las pastas estaban buenas al igual que la lasagna, las pizzas son normales, nada de otro mundo (resuelven), con respecto a la sopa de cebolla fue una de las peores decepciones, ya que lo que venden no es sopa de cebolla, por ponerle pan con queso gratinado y cebolla a una sopa no la hace una sopa de cebolla pero bueno en general todo bien, al retirarnos del lugar la dueña Giselle no solicito retirarnos de su estacionamiento ya que ya habíamos comido y lo que queríamos era pasear unos 20 minutos antes de retornar a casa luego y luego de haber gastado casi $200 en su establecimiento, lo cual fue de muy mal gusto y una falta de respeto, más nunca regresaré a este lugar