Los platos servidos no eran a la altura de la descripción del menú. “El pollo con higos” acompañado de puré de brócoli resultó ser una pequeña pechuga seca con tres gotas de mermelada de higos y el puré de brócoli era una fina cucharada esparcida a la espátula sobre la mitad del plato. El solomillo no estaba mal pero las papas eran finas como una hoja. La ensalada de tomates y aguacate fue servida sin aguacate porque se había acabado. El ceviche era demasiado acido.