Regresamos, sin embargo la comida no tenía el sabor que disfrutamos la primera vez, hasta las porciones eran menos. El ambiente parecía la de un bar, ya que habían varías mesas solamente tomando licor y hablaban en voz muy alta utilizando lenguaje inapropiado. Lo más triste es que el dueño y el hijo estaban en esas mesas. No a todo el mundo le agrada un ambiente así. Por mi parte, no regresaré.