No hay mucho que decir de Cinnabon. Su sabor particular es sin igual; sin embargo, ni el local y la atención son acogedoras. Ya entrada la noche, lo que quedaba eran rollos de canela fríos. No son iguales a los recién salidos del horno. Ese aire acondicionado a plena potencia no ayuda a mantener el icing suavecito. No creo que regrese.