Fuimos a cenar justo el día que iniciaron las inundaciones en Cerro punta, les dijimos que queríamos comer y esperar a que abrieran el camino para llegar a nuestro hotel. Se portaron de lo más amigables y atentos. La comida ni que hablar, deliciosa, porciones copiosas, nos llevamos para comer luego. Comí un pollo en vino blanco que se le sentía la frescura del romero y otras especias, mi esposo pidió mero en salsa de limón que estaba uff! Mi hijo pidió Milanesa con un queso mozarella derretido delo más rico. Las yucas tiernas y calientitas, ensalada fresca, justo lo que esperaba de tierras altas. Antes de olvidarme la crema de lentejas es un obligatorio, me dió un confort con ese frío y lluvia, que no les puedo explicar 🥰 Definitivamente es un lugar al que volver cuando todo pase, y se que eso será pronto🌈