Solía ir a desayunar en Dos Continentes, allí conocí y me enamoré de sus hojaldras. La atención, no es muy bueno, o es que ya me conocían y generalmente el café del capuccino estaba un poco quemado.
Solía ir a desayunar en Dos Continentes, allí conocí y me enamoré de sus hojaldras. La atención, no es muy bueno, o es que ya me conocían y generalmente el café del capuccino estaba un poco quemado.
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