Llegamos un jueves a las 6:00 pm. Estaba casi vacío, igual nos llamó la atención el ambiente acogedor, decorado con elementos típicos de la zona sierra del Perú. La atención fue muy amable, te ofrecen pan al ajo. Pedí una jalea con una presentación muy hermosa, alcanza sobradamente para dos personas, las porciones son abundantes. Una entrada de parihuela, no tiene el estilo costeño pero está muy rica. La inca kola es de botella pequeña de vidrio. El local está limpio, huele muy bien y la atención es muy amable. Si piden cosas fritas tomará tiempo el servicio de la vianda.