Que agradable sorpresa es este restaurante. Un menú variado por lo cual tendremos que regresar. Probamos de entrada anillos de calamares apanados (el sabor del empalizado muy gustoso), el filete a las 4 pimientas (puedes saborear la pimienta y no pica), raviolis rellenos de queso con salsa alfredo (salsa liviana y cremosa sin empalagar) con pollo (mi hija los devoro) y pechuga de pollo al grill (el sabor a leña era maravilloso) con papas horneada con una crema que hacía que todo cambiara. Muy agradable el ambiente, con buena música, mesas y sillas cómodas, excelente atención, todo muy limpio y acogedor. Felicidades!