Es parte de la experiencia de Valle Escondido. Cenar ahí es alucinante, no solo por la excelente atención, los sabores de las comidas y los vinos, sino también por el ambiente de ensueño. Parece sacado de un cuento de hadas. Recomiendo a todos ir a este lugar aunque sea una vez en su vida (así como pensar en ir a ver las pirámides de Giza)... Wao! Vale la pena!