Esta no es una reseña convencional de este lugar, porque fue un servicio especial solicitado al concierge del JW para una cena romántica privada en la playa.. El menú fue preparado especialmente para la ocasión y no esta la carta.. La comida fue excepcional: la entrada fue caviar de beluga con unas minicrepes.. seguidamente una crema de papas con vieras y un toque de aceite de trufas, deliciosa, y de principal una generosa cola de langosta al estilo "Termidor" gratinada con queso parmesano.. Todo acompañado con una helada botella de Chandon Brut.. entre arena, pétalos de rosas, la brisa y el sonido del mar y un atardecer de colores pasteles.. Un buen espresso y un postre un mousse de almendras, chocolate y frutillas.

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