Llegamos c hambre y sin reserva; a los 8 nos sentaron en 3 minutos. Casi todo lo q pedimos estaba bueno. La ensalada Caprese estaba aceptable, aunq pequeña (tres rodajas de tomate y queso). La ensalada de hongos buena y la cantidad de hongos y parmesano es generosa. Pedimos unas bruscetta c tomare y queso y otras c hongos, buenisimas, el pan fresco crujiente y los ingredientes frescos y cocinados a su punto optimo. Dos pizzas, una margarita y otra de berenjenas, ambas se volaron, la de berenjenas estaba mejor q la de tomate. En pastas, el gnocchi c pesto estaba ok, no lo repetiria, el penne en salsa de tomate tampoco. El risotto de hongos espectacular pero el plato q se robo el show fueron los ravioli de hongos en salsa de trufas, claro esta, si es q te gusta el sabor dominante de las trufas. Pedimos una corvina al ajillo q no probe, no tuvo comentarios ni positivos ni negativos. Los postres, dos diferente de chocolate y un tiramisu, desaparecieron en menos de 1 minuto, vale la pena guardar un poco de espacio. El servicio fue rápido, atento y amable. El lugar no estaba lleno, el ambiente ok para un restaurante de playa. El precio me parecio adecuado, 4 botellas grandes de agua, 8 entradas, 8 platos fuerte, 3 pósteres y 2 tragos por cabeza y la cuenta termino en 40 dolares por persona.