el restaurante tiene una decoración un poco rara y sombría. el servicio estuvo bien al principio pero cuando se fue llenando el lugar, era difícil que te atendieran. A la comida le falta un poco más de sabor gourmet. Por ejemplo, yo pedí de entrada unas empanadas rellenas de camarón y no se sentía el sabor a camarón. también pedí un salmón con puré de aguacate y piquillo, y el puré no sabía a aguacate ni a piquillo. por último, pedí unas papas bravas y no estaban picosas. Le falta más sabor a esos platos.