Un No me olvides es un postre que no ha cambiado con los años, y eso es justamente lo que lo hace tan valioso. Puede que hoy sea un poco más caro que antes, pero el sabor, la textura y la nostalgia valen cada centavo. Ir a esta heladería no es solo ir por un postre… es ir a revivir memorias. Un clásico panameño que siempre recomiendo.