El desayuno de Localcito es de otro mundo, es delicioso, todo hecho desde 0, la masa de tortillas y almojábanos donde mueren las palabras. La hojaldre a caballo con el toque de feta, mejor imposible. El café muy rico, dan ganas de tomarse varias tazas. Mi única critica sería que los platos demoran más de media hora en llegar, así que paciencia, no es un lugar para ir muriendo de hambre.