Me comí por primera vez una lasagna en Charlie’s Cream y fue una mala experiencia, demasiado condimentada o salada; lo que no permitía disfrutar el sabor. además tenía más queso que pasta. El plato cóncavo en el que va servida no se mantiene estable en el plato plano que va por debajo y eso la hace incómoda para comer. El servicio increíble. Creo que la especialidad de este restaurante es la repostería y panadería, pero la comida de sal no me convence