Sentimientos mixtos al salir del Segundo Muelle. Me gustó el local con una reserva. El aparato grande de aire proyectaba una corriente helada que hizo huir a los que estaban cerca. Excelente cocktail con ron y licor de banana, muy original. Niguiri de pulpo sabroso, pero no para un apetito fuerte, es más un aperitivo que una entrada. Pasta con vongole e langostinos. Que lástima que los espaguetis usados hayan sido de tán mala calidad. Eso daña el plato que era delicioso. El vino blanco español Rueda no me gustó, presentaba ya señales de " maderización", un defecto debido a un envejecimiento acelerado. Las botellas están expuestas y eso es un crimen. El vino se conserva en la oscuridad, en un ambiente exento de vibraciones y con bastante humedad. Condiciones no reunidas en la sala de un restaurante. Deben mejorar