Amo lo underground que es este sitio. Casi escondido, sin letrero con su nombre, al subir unas escaleras de una vieja casa te encuentras con este mínimo restaurante de 7 mesas y una barra. Tienen un amplio menú, pero se rigen por la opción del día. Por lo reducido del espacio es ideal para ir a tener conversaciones puntuales: negocio, empezar o terminar una relación, o simplemente picar algo con un rico cóctel o cerveza fría.