Buen servicio, amabilidad y pendientes de la mesa. Pedimos: Unas arañitas, croquetas de salmón y unas canastillas de camarones como entrada. Plato fuerte una hamburguesa americana y una milanesa Sante con papitas fritas. Aprovechamos el happy hour de cócteles y pedimos sangría. Todo estuvo muy rico, con una bonita presentación cada plato.