Que ironía: un restaurante italiano sin spaghetti, sin pecorino, sin cacio e pepe, sin ravioli con ricotta y espinaca. Menú limitado, sin disponibilidad y además, se equivocan en el pedido cuando lo sirven. Había venido en septiembre de 2024 y fue una maravilla, lástima que han decaído tanto. No dan ganas de regresar.