Vinimos de pura casualidad, buscando estacionamiento y encontramos este lugar q está absolutamente divino. Su ambiente es acogedor, tranquilo, buena música y decoración sencilla pero elegante. La atención de Yaresny y Honorio, fabulosa. Lo platos que pedimos salieron con un buen tiempo, lo platos preparados por Erick completamente deliciosos. Y los tragos fabulosos! Excelente Dimitri. Definitivamente una opción diferente y única en el Casco... Tienen q venir!!!