El lugar es bastante pequeño. Lo que más llamo mi atención fue su vitrina de dulces, todos se veían espectaculares. Fui a desayunar y probé sus piadinas, de muy buen tamaño. De postre probé el cheesecake de pistacho también de generosa porción. En general todo estuvo bien, pero aún siento que le faltó algo más a mi paladar.