El menú ofrece una amplia variedad de platillos tradicionales, desde hummus y tabbouleh hasta shawarma y kibbeh, todos preparados con ingredientes frescos y auténticos. Probé una bandeja mixta el mezze mixto, que incluía una excelente combinación de sabores y texturas. La carne estaba perfectamente sazonada y los panes recién horneados complementaban cada bocado. El servicio fue atento y amable, con personal dispuesto a explicar cada platillo y hacer recomendaciones. Además, los tiempos de espera fueron razonables, incluso en un día concurrido como lo es 14 de febrero 😄 En cuanto a la relación calidad-precio, los platillos son generosos y valen cada centavo. Sin duda, un lugar ideal para disfrutar de la comida libanesa en un ambiente cálido y hospitalario. ¡Volveré pronto! Calificación: ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)
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