Fui a desayunar y me pareció un lugar pequeño, pero acogedor, tienen muy pocos estacionamientos y toca dejar el auto a orilla de calle, pero valió la pena porque el desayuno estuvo excelente y el affogato de pistacho no se diga. Tienen panes dulces de pistacho hechos con harina de almendras que también recomiendo. La atención es amable. Sin duda regresaré a comer sus delicias.