Desde que llegamos la atención fue divina, el ambiente con una luz cálida, buena temperatura e impecable. Nos brindaron una entrada de la casa de cortesía que estaba muy rica. Pedimos las vieiras gratinadas trufadas de entrada, recomendadísimas. De plato fuerte fue filet mignon y un rissotto trufado de zetas y entraña, delicioso! con porciones que nos dejaron satisfechos. Definitivamente regresaremos. Amable atención de Óscar.