Este restaurante me sorprendió en el mal sentido. El restaurante tenía buen ambiente, estaba limpio, bonito, con música y buena iluminación. El servicio fue nulo, no fue malo pero tampoco fue bueno; el mesero te traía el menu a la mesa y se lo llevaba igual que la comida. Sin sugerencias y sin ningún comentario. Y lo más importante, la comida; la comida estaba completamente regular, pedimos un rib eye 3/4, el rib eye vino prácticamente crudo, frío, mezclado en una ensalada sin aderezo, fatal. La lasaña estaba regular, no ofrecieron queso tampoco. Por último pedimos una milanesa que venía con puré, muy regular también. Yo personalmente no volveré por la comida.