El lugar está bien para pasar un día en familia. La comida estaba bastante bien y la atención amena. Lo que si debo decir tanto para que el local haga ajustes, como para que otros sepan; la experiencia iba bien, hasta el momento que fui al baño antes de irnos. Al entrar un fétido olor a excremento, tan fuerte que perdí el sabor de la comida y la único que me quedó fue el espantoso olor, y para colmo al ir a orinar no había papel. Trágico!! La buena experiencia de la comida quedó muerta por un baño tan desagradable; y fuimos a comer a las 12.30 y no estaba lleno, osea que era del día anterior o quien sabe que Fatal!