Visité este restaurante y tuve una experiencia excepcional. Probé las almejas, la tortilla española, el arroz negro y una tarta vasca, y todo estaba delicioso, con sabores auténticos y bien elaborados. Además, el servicio fue impecable, gracias a la atención de Edgardo, quien estuvo atento y amable durante toda la velada. Sin duda, un lugar al que volvería.