El restaurante está en remodelación. La comida que ordené fue un pollo a la brasa con papas fritas, el cual se sentía un tanto seco y falta de la sazón que caracteriza el pollo peruano. Las papas estaban tan bien hechas que me recordaron a las que probé en cierto restaurante muy famoso en el área de Miraflores, Lima y las salsas acompañaban bien, así como el chimichurri con el pollo. La chicha morada estaba más dulce de lo esperado pero muy rica y refrescante. El verdadero punto a mejorar es la atención ya que tuve que ir yo mismo a tomar dos cartas de menú a una mesa donde habían dos saloneras conversando y ninguna se acercó en 15 minutos, además que una de ellas parecía molesta cuando le pedí que las bebidas vinieran con la comida y no antes como venía trayendo. Además, tienen una mencionada variedad de bebidas alcohólicas pero carecen de carta de bebidas, algo que desmotivó a mi acompañante de pedir un cóctel.