Hemos quedado realmente encantados con este restaurante. Es un negocio familiar, te atienden como si fueras parte de la familia y crean un ambiente cálido que no te dan ganas de irte. La comida deliciosa, desde las papitas fritas hasta la salsa de mostaza 😅, el pie de limón es de otro mundo, el mejor que he probado !!!! Tienen una terraza grande muy linda para un tardeo y vinito. Sin duda volveremos y lo recomiendo al 200%