El ambiente es realmente hermoso. Parece un pub clásico londinense con un toque de película de Gatsby de los años 50. Mucha atención al detalle. La comida es muy rica, de autor y muy gourmet. Es cara, pero realmente muy bien pensada. El servicio es de muy buena calidad, que incluye Sommelier para vinos y un barista experto en los tragos de la casa. Los nombres de los tragos de la casa tienen una historia muy divertida entre los cuales destaco: Agustín, Giselle, Tom y Charlie.