El restaurante tiene un ambiente excelente, es acogedor, relajante y con buena música. Al llegar, te sientes como si hubieras sido transportado a Tulum. El servicio fue excepcional; el mesero fue muy amable y atento. Debido a una condición personal, no puedo comer carne en término 3/4, pero a mi esposo sí le gusta. El mesero, de manera muy considerada, nos ofreció una piedra caliente para que yo pudiera continuar cocinando mi carne a mi gusto, mientras mi esposo disfrutaba de la suya en el término que prefiere. La comida en general es buena, aunque podría mejorar en algunos aspectos. Me encantó la brocheta de pulpo y el Ribeye. Las empanadas no estaban malas, pero son más pequeñas de lo que se muestra en la foto.