Háganse un favor y vayan a probar el cheesecake vasco de pistacho, se volvió mi postre favorito 10/10. También probé el Frappu Dirty Chai y me gusto bastante (buen dulzor, se sentia el chai y el toque de cafecito ayudaba a equilibrar todo). El local es pequeñito, pero la vitrina de postres es bien variada y lo que probé no me decepcionó. Definitivamente volvería.