carísimo, los dulces son una bomba de azúcar empalagosa. el agua sabe a metal y te deja sediento. el local está todo apiñado porque no creo que la cantidad de mesas sea adecuada para el espacio. en fin, bonito concepto, mala ejecución.
carísimo, los dulces son una bomba de azúcar empalagosa. el agua sabe a metal y te deja sediento. el local está todo apiñado porque no creo que la cantidad de mesas sea adecuada para el espacio. en fin, bonito concepto, mala ejecución.
Actualiza tu navegador para ver esta página correctamente. Actualizar mi navegador ahora