Visitamos por segunda vez. igualmente encantados. Después de una larga caminata en Multiplaza, nos merecíamos una rica sangría blanca y una buena comida oriental en un lugar lejos del bullicio. De entrada los camarones Dinamita estaban buenísimos al igual que las gyosas que pedimos al vapor cuidando la dieta. Luego se nos olvidó y fuimos por las delicioso pollo a la naranja ;) y Mongolia beef que nos brindaron con arrocito blanco, perfecto para aprovechar esa salsita. Después de un ratito de esparcimiento y ya descansada nos pudimos ir satisfechas. La atención debe mejorar. Costaba llamar a los meseros. Estaban esparcidos. A pesar de eso, claro que regresaré.