El nivel está cayendo. Muy ruidoso el ambiente, pongan manteles y las copas de vino eran todas distintas marcas y tamaños. El servicio regular, falta entrenamiento y protocolo. Te sacan vasos y botellas sin preguntar o que aún tienen contenido. No te avisan que va a cerrar la cocina y te quedás sin postre. Los meseros se querían ir y se notaba. El supervisor debería estar más atento. La comida estaba bien pero la carta de vinos era limitada, una hojita y malos la mayoría (menos de 4 puntos en vivino). No se si volveré.