Ayer visité la heladería Jilyc, conocida por sus sabores artesanales, y quedé gratamente sorprendida. Siempre busco experimentar nuevas combinaciones, y Jilyc no decepcionó con su fusión única de sabores y texturas. Aunque los precios son algo elevados, se justifica por la calidad artesanal, el uso de ingredientes de calidad, y las capacitaciones constantes del equipo, lo que añade un valor extra. Además, las porciones son generosas. Algo que me entusiasma es que cada mes renuevan su oferta de sabores, así que no puedo esperar para descubrir qué innovaciones traerán próximamente.