Por muy buena que sea la comida y atención de los meseros, un trato desagradable e intento de atropello por parte del valet parking, sin nisiquiera pedir disculpas, hacen que un “buen” restaurante sea un desagrado y pésima experiencia. No lo recomiendo y menos si pone en riesgo la vida de los comensales. La terraza, para variar, llena de bichos y mosquitos- recibí múltiples picadas mientras intentaba disfrutar mi velada.