Un lugar modesto, con una atención especial y con estacionamientos; la comida auténticamente caribeña, igual a la comida casera de Colón, comimos saus, onepot y rabo encendido, todos exquisitos. Fuimos un sábado en la tarde , quizás por esta razón la música está alta de hecho no se podía conversar, sería mi única observación.