Fuimos por una promo de Oferta Simple y la verdad es que no quedamos muy satisfechos. El restaurante estaba vacío, sólo 2 mesas ocupadas y nosotros 2 que llegábamos. Solicitamos sentarnos en un rinconcito más acogedor que pegaba con una mesa grande y nos dijeron que no porque era para más personas. Las 3 opciones de mesa para 2 realmente no fueron muy agradables y quedamos en una mesita viendo de frente a una gran columna. Empezamos así la velada. Pedimos nachos, que no impresionaron en lo absoluto y visualmente no eran apetitosos (que ni foto tomamos) y un bowl de pollo teriyaki que estaba bueno, buena porción, el pollo bien sazonado, pero nada como para decir regreso a probarlo de nuevo. En general la comida no estuvo mal pero tampoco sobresaliente y el tema de la ubicación de donde nos sentamos nos dejó con un mal sabor desde el principio. Nos retiramos y ahí seguía la mesa grande sin ocupar. La experiencia que se le da al cliente, esa pequeña flexibilidad que pudieron haber tenido pudo haber hecho una gran diferencia . Dudo que volvamos.
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