Mi opinion se basa en una comida familiar de 4 personas con botella de vino blanco y postre (calzone con nutella). La comida muy buena, se nota que el dueño es italiano porque el sabor de los platos te traslada a Italia. Desde el queso burrata hasta los carbonara, sabroso y sin quejas. El servicio muy atento y muy amable, estan pendientes de que no te falte agua, vino o cualquier bebida que hayas ordenado. A mejorar quizas el tiempo entre cada plato, pienso que podria haber menos espera pero nada grave. El ambiente super agradable, estuvimos fuera y se siente comodo todo.