Llegamos, por casualidad, saliendo de un evento en Las Bóvedas; queríamos picar y tomar algo y entramos a esté lugar qué tiene una especie de patio interno, árbol imitación de un Guayacán...me recordó el antigüo restaurante Pomodoro en El Cangrejo. Entrando en materia, pedimos unas almejas y unos deditos de Corvina, una copa de vino y una cerveza. La verdad qué él servicio fue amable aunque un poco demorado. Las entradas estaban ricas y pueden facilmente reemplazar un plato principal por la cantidad de la porción. El único comentario es qué cierran a las 9:00 p.m. Vale la pena probar, si le gustan pescado y mariscos.