Pequeño local, gran experiencia, decoración oriental y la bandera de Ecuador ilustran el tema de la comida. Hay videos musicales, buena selección y se puede conversar. Nos atendió el chef personalmente, explicando cada plato, rápido y atento servicio. Entrada empanadas ecuatorianas rellenas de queso con dip Unagi, vienen 3, full recomendadas. Plato fuerte arroz oriental de 1 proteina, elegimos puerco y le doy 10/10, por los ingredientes y el toque justo de jengibre. El pollo laqueado, insignia de la casa, a pesar que es pura pechuga estaba llena de sabor y jugosa. La atención espectacular. Volvemos.