El ambiente en un principio impresiona acogedor, pero luego el servicio no te la misma sensación, más bien interrumpen y te hacen sentir hasta incómodo. La comida no termina de llenar las expectativas creadas para un lugar especializado en comida italiana. Solo puedo rescatar la entrada, el Antipasto Tommasino, que estaba delicioso, con una mezcla de encurtidos, burrata artesanal y prosciutto.