Sin palabras nos dejó la comida de Cinecittá. De entrada pedimos la pizza del Chef, que fue un pecado, pero no pudimos resistir la tentación de probarla. Como plato fuerte pedimos 2 milanesas, una de pollo y otra de carne. Ambas son enormes en sabor, porción y satisfacción. Definitivamente volveríamos por la atención personalizada del Chef Fabrizio y su equipo, así como para probar otras cositas del menú que despertaron mucha curiosidad.