Recientemente visité el restaurante Cascomar en Panamá y la experiencia fue simplemente maravillosa. Desde el momento en que llegamos, el ambiente acogedor y la vista impresionante del mar nos hicieron sentir que estábamos en un lugar especial. Lo que realmente destacó fueron las tapas. Cada plato estaba preparado con una atención meticulosa a los detalles y una mezcla de sabores que deleitó nuestros paladares. Comenzamos con las clásicas croquetas, que tenían una textura perfecta y un sabor que evocaba auténticamente la cocina española. Las gambas al ajillo fueron otro punto alto de la noche. Servidas en una deliciosa salsa de ajo y aceite de oliva, las gambas estaban frescas y cocinadas a la perfección. El pulpo a la gallega fue otra tapa que no nos decepcionó; tierno y bien sazonado, se derretía en la boca. El servicio fue igualmente impresionante. Nuestro mesero fue muy atento, ofreciendo recomendaciones que resultaron ser acertadas y asegurándose de que tuviéramos todo lo que necesitábamos para disfrutar de nuestra comida. La carta de vinos complementó perfectamente las tapas, con una selección que incluía vinos españoles y otras opciones internacionales que maridaron muy bien con nuestra comida. En resumen, Cascomar es un lugar que recomiendo sin dudar. Sus tapas son auténticas y deliciosas, el ambiente es encantador y el servicio es de primera. Sin duda, es un lugar al que planeo regresar para seguir explorando su variado menú.